sábado, 24 de agosto de 2013

No te mires al espejo con el arma en la mano

Las últimas palabras de su víctima fueron: no te mires al espejo con el arma en la mano. Sonrió, igual que el infeliz que se desangraba a sus pies. Cuando en casa las recordó volvió a sonreír de igual manera y se fue al lavabo con la pistola. Delante del espejo, al mirarse, levantó el arma y disparó al cristal. No pudo evitar verse de nuevo, infinidad de trozos se esparcieron al azar. Se oyó otro tiro y la sangre cubrió el mirar de los cristales.

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