¡Ring,
ring, riiinng...!
–Para el despertador de una vez.
–¡Boh! Qué tonto eres. Es la puerta.
¡Ring, ring, riiinng...!
–Va hostia, vaaaa. ¿La puerta? ¿Quién cojones puede
ser a estas horas? Vaaa... Maldita sea, es el puto teléfono...
–¿Es qué no piensas abrir nunca?
–No es la puerta, es... Sííí..., dígame.
–¡Hola! Muy buenos días. Le llamamos de Radio Rueda...
¿Podría usted contestarnos a una pregunta para nuestro concurso? ¿Sabría
decirnos qué hora es?
En la calle dos automóviles chocaron. Por fortuna, sólo
aboyaron un poco el frente y el mes de sus respectivos dueños. Tal vez por eso,
uno de los chóferes salió maldiciendo, con cara de pocos amigos.
–¿Qué pasa? –Contestó el otro conductor.
–Un hijo de puta que tiró el teléfono a la calle y me
rompió el parabrisas.
Un testigo involuntario, sin poder disimular la
sonrisa, añadió más sarcasmo.
–A saber cuál era su intención…, no se lo tomes a mal.
–Vaya, otra llamada que se cortó. Queridos oyentes de
Radio Rueda, otro participante que no ha podido responder a nuestra pregunta en
el concurso Despertares Concéntricos. Otro desafortunado que ha perdido la
opción de entrar en el sorteo de un magnífico reloj despertador...
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