sábado, 31 de agosto de 2013

Luces que dan sed

Pintar el cielo de azul no es nada original, remendarlo con trapos de algodón cosidos con hilo imaginario tampoco; y si es a la hora de comer, cuando la luz ciega incluso a los filósofos, menos todavía. En esos momentos, con el sol en lo alto, son las sombras las que llaman la atención y las que atraen a la gente.

Si tu necesidad es de aprecio, popularidad o dinero, trae agua de la fuente que esté más cerca y repártela en la plaza, no tanto a los sedientos, sino a quienes puedan pagarla. No cabe mayor arte que calmar la sed ajena, sobre todo cuando es cobrando. Y a nadie le parecerá una falta de originalidad si sabes medir bien el agua.

sábado, 24 de agosto de 2013

No te mires al espejo con el arma en la mano

Las últimas palabras de su víctima fueron: no te mires al espejo con el arma en la mano. Sonrió, igual que el infeliz que se desangraba a sus pies. Cuando en casa las recordó volvió a sonreír de igual manera y se fue al lavabo con la pistola. Delante del espejo, al mirarse, levantó el arma y disparó al cristal. No pudo evitar verse de nuevo, infinidad de trozos se esparcieron al azar. Se oyó otro tiro y la sangre cubrió el mirar de los cristales.

viernes, 9 de agosto de 2013

Despertares concéntricos

¡Ring, ring, riiinng...!

–Para el despertador de una vez.
–¡Boh! Qué tonto eres. Es la puerta.

¡Ring, ring, riiinng...!

–Va hostia, vaaaa. ¿La puerta? ¿Quién cojones puede ser a estas horas? Vaaa... Maldita sea, es el puto teléfono...
–¿Es qué no piensas abrir nunca?
–No es la puerta, es... Sííí..., dígame.
–¡Hola! Muy buenos días. Le llamamos de Radio Rueda... ¿Podría usted contestarnos a una pregunta para nuestro concurso? ¿Sabría decirnos qué hora es?

En la calle dos automóviles chocaron. Por fortuna, sólo aboyaron un poco el frente y el mes de sus respectivos dueños. Tal vez por eso, uno de los chóferes salió maldiciendo, con cara de pocos amigos.

–¿Qué pasa? –Contestó el otro conductor.
–Un hijo de puta que tiró el teléfono a la calle y me rompió el parabrisas.
Un testigo involuntario, sin poder disimular la sonrisa, añadió más sarcasmo.
–A saber cuál era su intención…, no se lo tomes a mal.

–Vaya, otra llamada que se cortó. Queridos oyentes de Radio Rueda, otro participante que no ha podido responder a nuestra pregunta en el concurso Despertares Concéntricos. Otro desafortunado que ha perdido la opción de entrar en el sorteo de un magnífico reloj despertador...

sábado, 3 de agosto de 2013

Pepón

En todos los pueblos hay un tonto, bueno, antes lo había; de esos que “emitían” una risa gutural delante de las mujeres. Le llamábamos Pepón, lo recuerdo con los pantalones caídos, levantándole el vestido a una mujerona que, inclinada, recogía setas en el bosque, ¿o eran moras?; qué más da. Tres o cuatro empujones y se escondió igual de rápido.

Ella, al girarse, se topó conmigo.

–No fui yo –dije temblando, –vengo de la escuela.

–Lo sé –sonrió; –pobrecillo, le gustan tanto las mujeres.