¿Está Él? ¿Sí, pero no? A ver, ¿es y no está? Bien,
¿entonces con quién puedo hablar? Ah, que no ha dejado a nadie ocupando su lugar,
porque no es que Él no esté, Él es porque está y no está.
Pues mal vamos, tal y como
andan las cosas bien podría, aunque no fuera más que unas horas, no ser y
estar. A ver si así nos echaba una mano, porque aquí nadie parece encontrar una
solución y anda todo manga por hombro. Eso sí, de culpas andamos sobrados; nos
las echamos unos a otros como auténticos condenados.
Sí, sí; si fe tengo, o eso creo: Él esté o no esté, es y no es… ¡Pero coño! —con perdón—, algo me dice que alguna responsabilidad tendrá, ¿no?, que con
lo hecho no parece suficiente.
Vale, vale, de acuerdo; seguiré insistiendo. ¿En la fe,
dices? Pues, ¡menudo consuelo! Casi prefiero opositar a nada abajo, que buscar
milagros arriba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.