miércoles, 2 de abril de 2014

¡Pero coño! —con perdón.

¿Está Él? ¿Sí, pero no? A ver, ¿es y no está? Bien, ¿entonces con quién puedo hablar? Ah, que no ha dejado a nadie ocupando su lugar, porque no es que Él no esté, Él es porque está y no está.

Pues mal vamos, tal y como andan las cosas bien podría, aunque no fuera más que unas horas, no ser y estar. A ver si así nos echaba una mano, porque aquí nadie parece encontrar una solución y anda todo manga por hombro. Eso sí, de culpas andamos sobrados; nos las echamos unos a otros como auténticos condenados.

Sí, sí; si fe tengo, o eso creo: Él esté o no esté, es y no es… ¡Pero coño! —con perdón—, algo me dice que alguna responsabilidad tendrá, ¿no?, que con lo hecho no parece suficiente.


Vale, vale, de acuerdo; seguiré insistiendo. ¿En la fe, dices? Pues, ¡menudo consuelo! Casi prefiero opositar a nada abajo, que buscar milagros arriba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.